A nivel técnico, es un masaje que alterna apoyos, presiónes y toques suaves, se puede usar a veces instrumentos (como cuencos tibetanos o tambor) u objetos (como cristales o plumas) dirigidos a:

- relajar el cuerpo y la mente,

- liberar las cargas emocionales acumuladas,

- armonizar los flujos de energía.

La intención es entrar en un espacio sagrado de reconciliación con el cuerpo como vehículo del alma, un espacio de soltar, de confianza, con la sensación de estar a salvo, amado y protegido. Este masaje trabaja con energía vital, kundalini y flujos pránicos. Es un masaje de tradición tántrica donde la relación amorosa que se establece es la de una madre con su hijo, de ahí su nombre "Prema" que significa en sánscrito "Amor Universal".

Aunque la intención es mimar el cuerpo, aportar amor y consideración a este vehículo sagrado a través del contacto consciente, no hay expectativa de resultado.

El masajista sigue una técnica de masaje que tiene como objetivo liberar la energía vital acumulada en determinados lugares para armonizar todo el circuito. Dicho esto, sobre esta base técnica, el masajista se pone en un estado de concentración o meditación que le permite escuchar el cuerpo del masajeado y dejarse guiar por lo que percibe. Es un masaje donde la intuición y el sentir son las palabras clave, y nunca hay dos masajes idénticos.

Este masaje es como una ceremonia o un ritual y como en cualquier ceremonia es importante ir con intención y sobre todo: sin expectativas.

Si no conozco a la persona, solo ofrezco este masaje después de al menos una sesión de apoyo terapéutico individual.